La magia de ser uno mismo.

Hace un año se me salían las lágrimas porque había mando a la verga a un wey que me gustaba mucho, me sentía bien porque le hice caso a mi intuición y a mi amor propio y supe decirle adiós aunque me doliera, son de esas cosas que sabes que ahorita te va a doler pero después vas a decirte a ti misma “¡¡eso mamona!!”, la verdad es que el tiempo todo lo cura y ahorita pienso que fue una ridiculez de mi parte llorar, pero también sé que soy una mujer con las emociones muy sensibles y que las lleva al extremo entonces, ¿qué sería de mi vida sin ese extra de drama?.

Tengo el hábito de escribir todas las mañanas y justo esta semana encontré una libreta del año pasado, en la cuál sonaba triste, con cero esperanza de algún día encontrar un tipazo, estaba enojada con la vida porque por más empeño que yo le ponía en trabajar en mí misma, aún no había encontrado ese alguien, solo terminaba con el corazón roto una y otra vez. Y ya me había hasta negado, y bien dicen que cuando te llega el amor es cuando menos lo buscas y así fue el mes de agosto del año pasado, empecé con el corazón roto y terminé conociendo al que actualmente es mi novio.

Lo conocí y todo fluía, no tenía que sobre pensar las cosas como antes, porque me daba miedo ser demasiado intensa, pero fui yo misma y me topé con que le gustaba y no solo eso, él era igual de intenso que yo. A las dos semanas de conocernos me acompañó a un show a Oaxaca, viajo 8 horas solo para pasar un fin de semana conmigo y me dije a mí misma mi frase favorita: “Mí misma, el interés tiene pies.” Y yo antes excusando a los patanes, de "ay es que me canceló a la mera hora pero sí quería venir", cuando no era cierto, quién quiere estar va a estar, no tienes que forzar NADA.

Tienes que ser tu mismo siempre, desde el principio, tendemos a ocultar por agradar, por aparentar y eso esta muy mal, hay que dejar de tener miedo a ser nosotros, les juro que a alguien le vas a gustar así como eres, intensa, loca, callada, explosiva, parlanchina, observadora, recuerda que nadie es como tú y ese es tu poder.

María A Secas